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domingo, 27 de noviembre de 2016

A todos mis escritores, aunque sólo aparezcáis algunos:

Vivo en los versos que escribo y luego deshecho. ¿Entonces vivo? ¿Me deshago?
Existo entre las palabras que dibujo con timidez de ser creadas, pero aun así me creo como se creaba Juan Ramón, 
como se hacía el árbol por naturaleza de Huidobro. Pero, ¿y si Darío acertó? si ese árbol
es apenas sensitivo y entonces no siento... 
A veces me nazco en el dolor, última forma de amar, porque me estoy sintiendo 
vivir cuando me duele, como Salinas; y a veces en la alegre música que Lorca defendía para
expresar eso que nadie conoce ni lo puede definir pero que en todos existe.
Entonces, desordenado corazón dadaísta, ¿cómo puedo poner orden en mi caos 
de infinitas e informes variaciones?, 
¿cómo puede, Alberti, darme la poesía a cambio de mis penas tanto como dejé para tenerla?
Porque si esa poesía me da la libertad de crearme y descrearme,
pintarme y despintarme,
nacerme y matarme en instantes,
yo, a su merced, ¿qué soy?

Judit Castilla (2016)